jueves, 18 de abril de 2013

Disminuya la velocidad y escuche

La gente me pregunta con frecuencia: “¿Cree usted que Dios sigue hablando hoy?”. Mi respuesta es siempre “Sí”. Sin embargo, hubo un tiempo cuando yo estaba demasiado ocupado para escuchar la voz de Dios.

Cuando vuelvo la mirada a ese tiempo de mi vida, me doy cuenta de que Dios estaba tratando de captar mi atención, no porque quería reprenderme, sino porque me amaba. Su deseo más profundo no es que hagamos un gran trabajo, sino que tengamos compañerismo con Él por encima de todo. Esta es la razón principal por la que nos habla hoy.
Dios le ama a usted y desea que tenga la paz y la libertad que vienen de conocerlo íntimamente. Pero eso podrá suceder solamente si pasa tiempo con Él. No podrá escuchar la voz de Dios si está corriendo de un lugar a otro. No podrá discernir la dirección que Él ha establecido para su vida si lo está escuchando a Él y hablando por el teléfono celular al mismo tiempo. No podrá entender la verdad que Él ha guardado en las Sagradas Escrituras, si está leyendo su Biblia mientras envía mensajes de texto.
Es fácil verse envuelto por todas las cosas que pensamos que tenemos que hacer hoy. Pero créame: pasar calidad de tiempo con Dios es lo más importante. Nada se iguala a esto. Si usted toma la decisión consciente de dejar a un lado todas las cosas y las preocupaciones que lo desenfocan, y de concentrar toda su atención en el Señor, Él lo bendecirá sin límites.
Él está siempre presente en todas las circunstancias, y hará que la luz de su sabiduría esté en su corazón si busca su dirección. Sólo tiene que disminuir la velocidad y escuchar.

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