“Señor, la verdad es que he hecho de mi vida un desastre. Me gustaría
poder empezar otra vez”. ¿Se ha sentido usted así alguna vez?
Quizás se esté preguntando si vale la pena vivir.
Bueno, le tengo buenas y malas noticias. La mala es que usted no puede
cambiar su pasado, este quedó atrás para siempre. La buena es que, sin embargo,
puede empezar otra vez, no importa donde se encuentre ahora.
El Espíritu Santo se especializa en dar una vida nueva. Todos los que
han sido bautizados en Cristo y han confiado en Él, tienen su Espíritu morando
en ellos. La vida nueva comienza de inmediato para quienes deciden aceptar la
oferta de perdón de Dios de sus pecados, en el santo sacramento de la
confesión. Ya no hay más condenación, son libres para comenzar a vivir para
Cristo.
¡Qué fácil sería la vida si eso fuera todo!. Pero nuestras tendencias
pecaminosas, lo que la Biblia llama “la carne”, no desaparecen en el momento de
la salvación. A lo largo de toda nuestra vida habrá veces cuando necesitaremos
reconocer nuestros errores y hacer lo correcto.
El Espíritu Santo está siempre presente, dándonos el poder para decir
“NO” a la carne y “SÍ” a Cristo. Deténgase y piense en el poder de Aquel que
vive dentro de usted. Él tiene el poder del Dios todopoderoso que levantó a
Jesús de los muertos (Rom. 8,11). ¿Acaso su situación es más difícil que una
resurrección?.
Al fijar su mente en las cosas del Espíritu y vivir bajo su autoridad,
usted tiene el poder para hacer morir los actos y los hábitos pecaminosos que
han convertido su vida en un desastre. El Señor quiere darle libertad de todos
los placeres que esclavizan (el alcohol, las drogas, el cigarrillo, los juegos
al azar, etc) y traen dolor e infelicidad.
Comience
hoy, dejando que el Espíritu Santo le guíe a tener una vida nueva.
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