jueves, 13 de octubre de 2011

Cómo tener un corazón piadoso


El Señor quiere darnos a cada uno de nosotros un corazón genuino, para que seamos dóciles y sensibles a Él.

Cuando es tocado por el dedo de Dios, un corazón piadoso se rinde a la presión y asume la forma que Él desea, de manera muy parecida a lo que  hace una masa de arcilla cuando deja que el alfarero determine la forma de la vasija.


Para ayudar en este proceso, Dios ha enviado al Espíritu Santo para morar en cada bautizado y hacerle sensible. Al ceder a los impulsos del Espíritu con una pronta obediencia, el corazón se vuelve cada vez más tierno y receptivo a su dirección. El Señor puede impartir una mayor comprensión de su Palabra a un corazón dócil, porque éste ha aceptado y obedecido fielmente lo que le ha sido enseñado.

Cualquier resistencia a Dios se traducirá en endurecimiento. Pero quienes están acostumbrados a tener una relación estrecha con nuestro Señor, como resultado del sometimiento a Él, se ocuparán rápidamente del pecado en sus vidas y volverán al punto de la obediencia y de la bendición.

Las personas con corazones tiernos están íntimamente relacionadas con la Iglesia (que es el cuerpo de Cristo), buscando edificar y alentar a otros en su vida de fe.

Estas personas no sólo son receptivas a lo que Dios quiere decirles, también son dóciles para aprender; están dispuestas a escuchar y a ser corregidas por otros.

Esta semana, cuando usted ore y lea la Palabra de Dios, permita que su corazón sea dócil a sus palabras. Cuando Él le toque con la punta de su dedo algun área dura de su vida, escuche su enseñanza, y confíe en que el Espíritu le ayudará a rendirse y a obedecer. Deje que Dios le convierta en un vaso útil y hermoso.

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