"No presiones a tus hijos", dice el anciano monje
Porfirio. "Lo que les quieras decir a
ellos, díselo con tus oraciones. Los niños no escuchan con sus oídos.
Ellos sólo escuchan lo que queremos decirles cuando la Gracia Divina
aparece y les ilumina. Cuando quieras decir algo a tus hijos, díselo mejor a la Madre de
Dios y ella hará todo el trabajo. Tu oración se convertirá en un abrazo espiritual, que
abrazará a tus hijos y los asombrará .... "
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