lunes, 24 de octubre de 2011

“Y dijimos que estaba bien...¿estará bien?”


Uno de los sucesos más trágicos y fatídicos que haya acaecido en la historia de la humanidad en los albores del siglo XXI fue, sin duda, el atentado terrorista perpetrado contra dos rascacielos que albergaban el Centro del Comercio Mundial, más conocido en inglés como World Trade Centre, en la ciudad de Nueva York en el año 2001.


Todo el planeta despertó con esta noticia tan triste, en la que hubo tantas pérdidas humanas así como materiales, causando un daño irreparable a la economía de los Estados Unidos, puesto que contribuyó a acelerar la gran Recesión que todavía afecta al país y a todo el orbe producto de la misma inseguridad que se cernió en la sociedad para ese entonces.

Como cristianos, nos preguntamos una y otra vez: “¿Cómo pudo Dios permitir que sucediera esto?”. Al igual que nosotros, creo que Dios está profundamente triste por este suceso, pero durante años hemos estado diciéndole a Dios que se salga de nuestras escuelas, que se salga de nuestro gobierno y que se salga de nuestras vidas. Y siendo el caballero que Él es, creo que se ha retirado tranquilamente. ¿Cómo podemos esperar que Dios nos de Su bendición y Su protección cuando le hemos exigido que nos deje estar solos?.

Echemos un vistazo a ciertos sucesos recientes: ataques de terroristas, balaceras en las escuelas, incremento de la homosexualidad y la pornografía infantil, la pedofilia, el abandono en masa a la auténtica fe cristiana y a sus valores, el incremento de divorcios y otros problemas familiares, etc.

Creo que todo comenzó cuando Madeleine Murria O´Hare se quejó de que no quería que se orara en las escuelas, y dijimos que estaba bien. Fue asesinada, hace poco que se descubrió su cuerpo. También el de uno de sus hijos y su nieta.

Luego alguien dijo que mejor no se leyera la Biblia en las escuelas...La Biblia dice: no matarás, no robarás, amarás a tu prójimo como a tí mismo. Y dijimos que estaba bien.

Posteriormente el Dr. Benjamín Spock dijo que no debíamos pegarle a nuestros hijos cuando se portan mal porque sus pequeñas personalidades se truncarían y podríamos lastimar su autoestima (el hijo del Dr. Spock se suicidó). Dijimos que los expertos saben lo que él estaba diciendo. Y dijimos que estaba bien. Proverbios 22, 15 dice: “La necedad está ligada en el corazón del muchacho. Pero la vara de la corrección la hará alejar de él”.

Más adelante, alguien dijo que los maestros y directores de los colegios no deberían disciplinar a nuestros hijos cuando se portan mal. Los administradores de las escuelas dijeron que más valía que ningún miembro de la facultad de las escuelas tocara a ningún estudiante que se porte mal porque no querían publicidad negativa y por supuesto no querían que les fueran a demandar. Hay una gran diferencia entre disciplinar, tocar, golpear, cachetear, humillar, patear, etc. Y dijimos que estaba bien.

Luego alguien dijo, dejemos que nuestras hijas aborten si quieren, y ni siquiera tienen que decirles a sus padres. Y dijimos que estaba bien.

Además, uno de los miembros del consejo de la administración de las escuelas dijo, ya que los muchachos siempre van a ser muchachos y de todos modos lo van a hacer, démosle a nuestros hijos todos los condones que quieran para que puedan divertirse al máximo, y no tenemos que decirle a sus padres que se los dimos en la escuela. Y dijimos que estaba bien. Gálatas 5, 19 dice: “Es fácil descubrir cómo se portan quienes siguen los malos deseos: cometen inmoralidades sexuales, hacen cosas impuras y viciosas”.

Luego, algunos de nuestros principales funcionarios públicos dijeron que no importa lo que hacemos en privado mientras cumplamos con nuestro trabajo. Estuvimos de acuerdo con ellos y dijimos, no me importa lo que nadie, incluyendo el Presidente, haga en su vida privada mientras yo tenga un trabajo y la economía esté bien.

Luego alguien dijo, vamos a imprimir revistas con fotografías de mujeres desnudas y decir que esto es una apreciación sana y realista de la belleza del cuerpo femenino. Y dijimos que estaba bien.

Y porteriormente alguien más prosiguió con esa apreciación y publicó fotografías de niños desnudos, llevándola aún más allá cuando las colocó en internet. Y dijimos que estaba bien, tienen derecho a su libertad de expresión.

También la industria de las diversiones dijo, hagamos shows por televisión y películas que promuevan lo profano, la violencia y el sexo ilícito. Grabemos música que estimule las violaciones, las drogas, los suicidios y los temas satánicos. Y dijimos, no es más que diversión, no tiene efectos negativos, de todos modos nadie lo toma en serio, así que adelante.

Ahora nos preguntamos: ¿por qué los niños no tienen conciencia, por qué no saben distinguir entre el bien y el mal, y por qué no les preocupa matar a desconocidos, a sus compañeros de escuela, o a ellos mismos?

Probablemente, si lo pensamos bien, lo analizamos tranquilos, nos daremos la respuesta: tiene que ver con una ley: “Lo que sembramos es lo que recogemos”.

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