En el año 1054 se produjo una separación entre la iglesia
de Oriente y Occidente . De tal manera, durante el primer milenio del
Cristianismo, la iglesia occidental (o sea, la iglesia romana) y las ortodoxas
orientales poseían la misma doctrina (enseñanza) sobre los dogmas de fe, casi
los mismos ritos y el mismo derecho canónico. Las iglesias ortodoxas no han
efectuado desde aquel entonces, en absoluto, ninguna reforma de estos dogmas y
de este derecho canónico y ningún cambio en los ritos. Quiere decir que las
diferencias que existen actualmente entre las iglesias ortodoxas, la romana y
las pseudo-iglesias o sectas protestantes, se deben a las adiciones,
sustracciones y cambios efectuados por estas dos últimas en sus dogmas, cánones
y ritos.
A su vez, todo lo que las iglesias occidentales no
cambiaron en los dogmas, cánones y ritos sigue siendo similar, como antes, a
los de las iglesias orientales. De tal manera, los cristianos ortodoxos tenemos
el mismo credo de Nicea, original, sin añadir las palabras “y del Hijo” (al
referirse a la procedencia del Espíritu Santo) como hicieron los romanos.
Poseemos los siete Sacramentos, el de la Crismación (unión con el Santo Crisma)
es otorgado inmediatamente después del Bautismo. La Santa Comunión se da a los
fieles en forma completa, es decir, bajo las dos especies de pan y vino
convertidos en Cuerpo y Sangre de Cristo. A los niños, la Comunión se les
brinda desde que son bautizados, pero la primera Confesión se hace al cumplir
los siete años de edad. La Iglesia Ortodoxa considera que el matrimonio debe
durar toda la vida, pero en algunos casos concede el divorcio y permite
segundas nupcias. Los monjes del clero regular (monacal) deben ser célibes,
pero los sacerdotes del clero secular (que sirven en las parroquias) tienen que
estar casados antes de la Ordenación (como antes en Occidente). Pero los
Obispos son ordenados sólo de los sacerdotes del clero regular (monjes).
Los cristianos ortodoxos adoramos a Dios en Trinidad y
honramos a la Virgen María, Madre de Dios (o Theotokos, como se le conoce en
griego), y a los Santos, pidiendo su intercesión ante Dios. De acuerdo con lo
confirmado por el Séptimo Concilio Ecuménico, celebrado en el año 787 en
Constantinopla, honramos y veneramos los íconos de Cristo, de la Virgen María y
de los Santos, pero no los idolatramos ni les servimos, ya que la adoración
corresponde únicamente a la naturaleza divina.
Para nosotros, los íconos deben ser escritos de acuerdo
con determinadas reglas y cumplir ciertos requisitos. (Los iconos se escriben y
no se pintan. En la Antigüedad las imágenes con las escenas del Antiguo y del
Nuevo Testamento eran como libros, para quienes no sabían leer).
SOBRE LAS
PSEUDO-IGLESIAS O SECTAS PROTESTANTES.
El Papa León X necesitaba dinero para construir la
Basílica de San Pedro en Roma, y debido a ello envió monjes a todo el mundo
para que lo recolectaran por medio de la distribución de certificados de
Indulgencia. El monje dominico Juan Tatzal fue el encargado de hacerlo en
Wittemberg, donde vivía el sacerdote Lutero, nacido en 1483. Mientras Lutero
enseñaba que la remisión de los pecados es dada a quienes se arrepienten
sinceramente, Tatzal comenzó a vender las Indulgencias por poco dinero. Ante
este mercantilismo religioso, el padre Lutero reaccionó levantándose y
enfrentándosele y, movido por un limpio celo, decidió protestar en contra de
este comercio religioso. El 31 de octubre de 1517, fijó en la puerta de la
iglesia algunos artículos de su tesis por la cual rechazaba la venta de las
Indulgencias, enseñando que el arrepentimiento sincero nos reconcilia con Dios
y no el dinero con el que se compra la Indulgencia.
En poco tiempo, las tesis de Lutero fueron conocidas en
toda Europa. El Papa, en el año 1520, publicó una Bula en la que lo declaró
hereje, ordenando quemar sus libros. Mas Lutero echó la Bula Papal al fuego.
Desde entonces Lutero fue considerado excomulgado de la iglesia romana. En el
año 1521, se personó Lutero en la Dieta de Worms, defendiendo su doctrina, que
no abandonaría a menos que le probaran su error por medio de la Santa Biblia, a
la que consideraba como la Única Infalible, concluyendo su defensa con estas
palabras: "Aquí me planto, no puedo hacer otra cosa, y que Dios me
ayude". A pesar de eso, la Convención condenó sus enseñanzas.
El Káiser y los Príncipes pidieron que se combatiera el
Luteranismo hasta acabarlo. Pero Lutero encontró un amigo sincero en Federico
el Sabio, quien lo ayudó.
En la Convención de Spira, en 1529, se confirmó la
decisión de Worms, protestando los seguidores de Lutero, por lo que desde
entonces fueron llamados "Protestantes".
Después de muchas reuniones, pláticas y guerras
sangrientas, consiguieron los protestantes, en 1555, su libertad religiosa por
medio de la Convención de Augsburgo. Pero esta reconciliación no puso fin a las
sangrientas persecuciones. La peor de ellas fue la matanza en Francia, la cual
empezó en las vísperas de la fiesta de San Bartolomé del año 1572,
prolongándose por muchos días. Durante un mes fueron sacrificados alrededor de
cuarenta mil protestantes.
La convención de Westfalia, en 1648, confirmó la determinación
de Augsburgo de manera definitiva. Las persecuciones continuaron. En el año
1715, durante el reinado de Luis XIV, cincuenta mil familias protestantes se
vieron obligadas a salir de Francia, su patria, porque se les prohibió ejercer
su libertad religiosa.
La Revolución Francesa en 1789, puso fin a esas
persecuciones.
Cuando Lutero trató de establecer la Reforma en Alemania,
Swinglio, en 1484, enseñaba principios muy afines al Luteranismo en Suiza. Fue
asesinado en el año 1531 en un enfrentamiento entre sus seguidores y los
romanos.
Después de Swinglio, Juan Calvino, en 1564, tomó el
liderazgo, dándose a conocer como un hombre de gran moralidad. Por él se llamó
a la Reforma en Suiza, Calvinismo.
En el Siglo XVI entró la Reforma a Inglaterra y en forma
especial el Calvinismo, conservando el grado episcopal, por lo que la iglesia
de Inglaterra se llamó iglesia Episcopal o Anglicana.
Las pseudo-iglesias más importantes del protestantismo
son Luteranismo, Calvinismo y Anglicanismo.
LA ORTODOXIA Y LOS PROTESTANTES.
No podemos negar que las cabezas del movimiento religioso
protestante fueron personas muy preparadas y sinceras, pero por provenir de la
iglesia romana y haber estudiado dentro de su escuela desconocían la verdad de
la Iglesia Ortodoxa.
El primer contacto entre Protestantes y Ortodoxos fue en
tiempo de Wasef, Patriarca de Constantinopla quien envió a su Diácono Demetrio
a Wittemberg, para averiguar la verdad sobre la Reforma Religiosa. A su regreso
a Constantinopla en el año de 1559, el Diácono traía consigo una carta de
Felipe Melanchthon para el Patriarca, con el texto del Documento de Augsburgo.
En esta carta se mencionaba que Melanchthon se consoló
mucho cuando supo, por el Diácono Demetrio, que la Iglesia Ortodoxa seguía
existiendo a pesar de todas las circunstancias adversas que había padecido.
Comparó la preservación de la Iglesia Ortodoxa con la de los tres varones en el
fuego. También pidió al Diácono que informara al Patriarca lo que había visto y
oído sobre el movimiento protestante, insistiendo al Patriarca que los
protestantes conservan la Santa Biblia, la enseñanza de los Concilios
Ecuménicos y las doctrinas de los Padres de la Iglesia Ortodoxa.
En 1574, teólogos Luteranos escribieron al Patriarca
Jeremías II, ofreciéndole su confesión de fe, pidiéndole encontrar la manera de
tener un contacto entre ellos y la Ortodoxia, aclarando que ellos no
protestaron en contra de la Iglesia Ortodoxa sino en contra del papismo y de
sus monjes, porque perjudicaban a la Religión Cristiana. El Patriarca Jeremías
contestó, aclarando que los orientales sí están de acuerdo con el
Protestantismo en rechazar el papismo, el Purgatorio, las Indulgencias, el
celibato forzoso del clero, y otras cosas. Pero que difieren de él en otros
puntos referentes a los Sacramentos, la Tradición y el Grado Episcopal. Hubo
intercambio epistolar, pero nunca un acuerdo.
Otros esfuerzos se hicieron en favor de la unión entre
ortodoxos y protestantes, pero no progresaron. El Patriarca Cirilo Lukaris,
siglo XVII, mostró un gran amor a los protestantes, creyendo que con su amistad
se podía acabar con las maniobras de los Jesuitas en el Oriente, pero las
Iglesias Ortodoxas no aceptaron su comportamiento por lo que fue criticado y
condenada su actitud a este respecto.
Recientemente muchos Protestantes, especialmente en
Inglaterra, mostraron interés en la unión con la Iglesia Ortodoxa. Los
Anglicanos han dicho que están dispuestos a aceptar todas las Doctrinas
Ortodoxas para que se llegue a la unión entre las dos Iglesias. Esto está confirmado
en las actas de la Convención Cristiana de Ginebra de 1920, que fue realizada
para discutir la diferencias entre todas las Iglesias Cristianas. Esa
Convención contempló la posibilidad de la unión entre Ortodoxos, Viejos
Católicos y Anglicanos, nombrando un Comité de entre sus miembros para estudiar
este tema.
LUTERO Y LA ORTODOXIA.
Cabe mencionar aquí, el pensamiento que sobre la Iglesia
Ortodoxa expresó Lutero en una convención desarrollada con Juan Ack en el año
1519, cuando éste le argumentó que los Ortodoxos, al alejarse del Papa, se
habían alejado de la verdadera fe y no se salvarían en el Día del Juicio, a
menos que le reconocieran como Jefe Supremo de todas las Iglesias.
El resumen de las respuestas de Lutero a Juan Ack es el
siguiente:
- La Iglesia Ortodoxa perteneció y sigue perteneciendo a
Cristo, sin el Papa.
- Es algo insólito el sacar de la Iglesia a miles de
Mártires y Santos que durante siglos ha habido en la Iglesia Ortodoxa y
expulsar del cielo a los que durante ese tiempo ya han sido sus dueños.
- La Iglesia de Cristo se fundó en la mayor parte del
mundo por lo menos veinte años antes de que se fundara en Roma y, por tanto, no
podía ser cabeza de la Iglesia, puesto que no fue la primera en fundarse.
- Y confirma lo anterior, el que la Iglesia de Oriente
nunca haya aceptado Obispos nombrados por Roma.
ENSEÑANZAS DE LAS PSEUDO-IGLESIAS EVANGÉLICAS.
Sin duda alguna, la responsabilidad del nacimiento del
movimiento Protestante recae sobre el Papa de Roma, que no quiso escuchar las
recomendaciones de Lutero, empujándolo así a establecerlo.
Las enseñanzas de la pseudo-iglesia Evangélica, sin duda,
son una contraposición a las de la iglesia Romana. He aquí las principales:
La glesia Romana descuidó la Santa Biblia y se desvió de
la Antigua Tradición de la Iglesia. La pseudo-iglesia Evangélica rechazó toda
la Antigua Tradición, lo bueno y lo malo de ella, considerando a la Biblia como
la única fuente de la Tradición Cristiana.
Roma dio mucha importancia a las apariencias y descuidó
la esencia de la religión. Los Protestantes se rebelaron en contra de la
religiosidad externa y los actos litúrgicos, enseñando que el verdadero
cristiano es aquel que cree con todo su corazón en Dios, y no quien reza y hace
abstinencia, o peregrina a la ciudad de Roma para arrodillarse ante el Papa
sentado sobre su trono. Exageró en combatir la enseñanza de la iglesia Romana,
la cual resumió todo en el culto externo, mientras los Protestantes encerraron
todo en la Gracia Divina.
La iglesia Romana malinterpretó los Sacramentos. Los
Protestantes rechazaron los Sacramentos, excepto el Bautismo y la Eucaristía.
Roma hizo del Obispo un dios y consideró al Papa como al
representante de Cristo sobre la tierra. Los Protestantes rechazaron al
episcopado desde su base.
La iglesia de Roma dio mucha importancia a las
apariencias del culto con festividades y procesiones de mucho boato. En tanto que
los Protestantes eliminaron cualquier tipo de culto externo, encerrándose en la
lectura de la Santa Biblia, la predicación y el canto.
La iglesia Romana impuso el celibato obligatorio al
clero. La Protestante rechazó el celibato. Lutero, su máximo representante, se
casó con una monja.
Como la pseudo-iglesia Evangélica salió del regazo de la
iglesia Romana, conservó algunas de sus enseñanzas, como por ejemplo, la
adición al Símbolo de la Fe, especialmente en el artículo de la procedencia del
Espíritu Santo, ..."que procede del Padre y el Hijo"...aún cuando
contradice lo escrito en el Santo Evangelio.
Conservó también el bautismo por aspersión e infusión y
el uso el pan sin levadura en la Eucaristía.
TESTIMONIO DE UN EVANGÉLICO.
El gran teólogo y filósofo Evangelista alemán, Padar, en
su libro de 1841, "Catolicismo en Oriente y Occidente", testimonia
que la Iglesia Ortodoxa conserva la religión cristiana en su verdad
fundamental. Este libro conmovió al mismo Obispo de Roma, el Papa.
LA ORTODOXIA Y LA IGLESIA ANGLICANA.
La iglesia Anglicana acepta la enseñanza de la Iglesia
Primitiva y la Tradición. Respeta a la Iglesia Ortodoxa y hace esfuerzos por
unirse a ella. Esto se demuestra, como dije antes, en las actas de la Reunión
de Ginebra de 1920 para discutir las diferencias entre las distintas Iglesias
Cristianas. En esta Convención se estudió la posibilidad de la unión entre
Ortodoxos, Viejos Cátolicos y Anglicanos.
Por este tiempo, el Patriarca Ecuménico de
Constantinopla, Basilio, después de su entronización envió al Arzobispo de
Canterbury una carta de salutación como la que envió a todos los Jefes de las
Iglesias Ortodoxas.
Pero desafortunadamente, hoy en día, esa unión con los
Ortodoxos no ha ocurrido debido al hecho de que la iglesia Anglicana y Episcopal
ha elevado al grado sacerdotal a mujeres y por si fuera poco, hombres
abiertamente homosexuales han sido recibidos en el clero y ordenados llegando a
ocupar el cargo de obispos en algunas diócesis, razón por la cual la Iglesia
Ortodoxa ha detenido el diálogo teológico con esta otra denominación cristiana
ante tales escándalos y errores teológicos en los que ha caído últimamente.
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