Los espacios donde vive la gente varían mucho en el mundo físico; van
desde mansiones hasta rústicos albergues. De la misma manera, la esfera
espiritual también tiene niveles diferentes.
En
el pasaje de 1 Corintios 2, 12-3, 3, el santo apóstol Pablo muestra tres
niveles de vida humana.
- El hombre natural. Toda persona ajena o no comprometida con el cristianismo, que no
conoce este estilo de vida, está en esta categoría. Muchas de este grupo
son capaces de hacer buenas obras, pero por no haber recibido el perdón de
sus pecados en el sacramento del bautismo o de la confesión, están
separadas del Señor. El Espíritu Santo no habita en ellas y por eso no
pueden entender las cosas de Dios.
- El hombre espiritual. Este grupo está compuesto por cristianos que viven su vida según
el Espíritu Santo. Aunque no son perfectos, cumplen con el sacramento de
la confesión: reconocen sus pecados, los confiesan y se arrepienten
sinceramente, volviendo al Señor. El padre confesor, bajo la guía del
Espíritu, los exhorta, dándoles sabiduría y discernimiento de las cosas
espirituales.
- El hombre carnal. Este nombre describe a los creyentes que están tratando de vivir en dos mundos diferentes. Al tener
una fe activa y desear cumplir la voluntad del Señor, los cristianos
reciben una nueva naturaleza cuando dejan que Jesús sea el centro de todo
en sus vidas, pero su antigua manera de ser no es quitada. Al permitir que
las tendencias pecaminosas que aún quedan dominen sus vidas, estas
personas apagan el Espíritu dentro de ellas.
Usted
está en una de estas tres categorías. Aparte un tiempo para evaluar su vida
haciéndose estas preguntas: ¿Dónde estoy ahora? ¿Dónde me gustaría estar?.
El Señor, a través de sus colaboradores los sacerdotes y directores
espirituales, ayudará a quienes deseen
estar más cerca de Él. Pídale ayuda a un sacerdote para que le oriente
a hallar la manera en que Jesús trabaje en su vida y le convierta en una
persona espiritual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe tu comentario...